MI PROPIA AMANTE HE SIDO


Mi amante, mi propia amante he sido, mi dulce y silenciosa amante he sido muchas veces conmigo misma. Aquella que murmura, no hace ruido, aquella que tiene miedo a ser descubierta, esa que ama en silencio.

No una amante en ruinas, si no una amante sin descubrir pero quiere ser descubierta.

¿Porqué he callado el amor que me tengo?

¿A qué precio está mi belleza, respeto y libertad?

Es que me he hecho daño, he puesto personas sobre mi, no me he escuchado, he tenido miedo y me ha dado pena decirle al mundo que soy hermosa. Quiero gritarlo pero me da miedo, quiero ser fuerte pero siempre alguien me hace creer que no lo soy lo suficiente, quiero creer en mi y apoyarme como mujer.

¿Qué tan difícil es poder aceptar lo extraordinaria que soy?

Debo gritar al mundo que me amo, que soy mujer y no amante de mi misma y de nadie; y es que soy magnífica, mi piel, mis cicatrices, mis líneas de batallas, mis defectos y virtudes me hacen mujer, y me encanta serlo. Daño me han hecho, daño me he hecho y aún así sigo acá, brillando como todas, brillando como nadie.

Mujer y simplemente mujer, con pasiones y errores, con felicidad y llanto, con amor y desamor, mujer divina y poderosa, aquella que con una mano infinita logra dar y traer vida en el mundo con su maternidad deseada y de lo contrario no afectaría en nada su valor, con su sonrisa, su mente, su pasión; mujer líder, fuerte, lujuriosa y destacada. Hermosa por el simple hecho de serlo; aquella destinada a ser feliz y proyectar luz, princesa y reina del mundo, mujer amada y no amante.


Rebeca Portuguéz Azofeifa

foto autora