VIDAS VIRTUALES EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS

El COVID-19, mejor conocido como el Coronavirus, nos ha retado en todos los aspectos de la vida. Las relaciones sociales se han tenido que transformar en todos los ámbitos: laboral, educativo, familiar, ocio, amistades, activismo y hasta las tareas domésticas se han transformado con esta pandemia.


Muchas han sido las propuestas por movernos a la virtualización, desde teletrabajo hasta conciertos virtuales, y en la época de la hiperconectividad, donde hasta tenemos cepillos de dientes conectados a la internet, pareciera ser que la vida no está paralizada y podemos continuar con propuestas innovadoras para sobrellevar la emergencia.

Esta virtualización de la cotidianidad ha puesto en duda la sensibilización de las autoridades competentes, y de las personas en general, ante las limitaciones de una considerable parte de la población. Muchos puestos de trabajo podrían ser "teletrabajables", sin embargo, muchos hogares no cuentan con las condiciones ni las herramientas para que esto se ejecute de esta manera, sin embargo, las personas que trabajan tienen la opción de seguir yendo al trabajo físico, mientras sigan teniendo trabajo claro está. Entonces hablemos de otras varias cuestiones que nos preocupan el día de hoy.

Educación

En educación primaria y secundaria, tanto pública como privada, se suspendieron completamente las lecciones. Sin embargo, la Educación Superior, principalmente la pública, ha continuado con sus lecciones, si bien no de manera presencial, lo han realizado mediante la opción virtual. ¿Esto qué implica? Implica que aquellas personas estudiantes deben de tener una computadora en su hogar (o alguien cercano que le preste una) y una conexión a internet que les permita realizar videoconferencias sin que la imagen quede paralizada cada 5 minutos o se entienda la mitad de las cosas que se hablan. Esto significa que efectivamente la virtualización de las lecciones no es una solución inclusiva ni respetuosa con el derecho a la educación de todas las personas, sin importar sus distintas condiciones, y ni que pensar en las poblaciones que requieren plataformas inclusivas.

Consideramos que todas las lecciones en todos los centros educativos formales e informales deben suspenderse hasta que la situación se encuentre en una fase no de emergencia, inclusive la Universidad Estatal a Distancia (UNED) que tiene toda su modalidad virtual debería suspender lecciones ¿por qué? pues porque la salud mental importa. Las personas estudiantes no están exentas a vivir momentos de ansiedad, tanto a nivel laboral como personal. Trabajos que no se pueden virtualizar y cargan de preocupación a aquellas personas que desearían estar resguardándose del virus en sus casas y no pueden, familiares con factores de riesgo, inclusive bajas sensibles en los ingresos familiares y otra multiplicidad de experiencias humanas frente a la pandemia que limita la capacidad de las personas estudiantes para atender con normalidad su vida estudiantil.

Cultura

Algo similar ocurre con el sector cultural. Ante la cancelación de todo evento público que implique agrupamiento humano, se han liberado los accesos en muchas bibliotecas virtuales, así también como películas, hasta conciertos en vivo transmitido a través de internet hemos tenido, y las iniciativas no dejan de ser innovadoras y una gran razón para agradecerle al sector cultural por ponerse a disposición por los medios que en este momento se les posibilita. Sin embargo, es bueno que reflexionemos que esto sigue siendo para unas cuantas personas y no para toda la población. Las familias más empobrecidas no solo han sido excluidas del acceso a una televisión libre y gratuita debido a la transformación de la TV análoga a TV Digital, sino que además, ahora no tienen ningún espectáculo público gratuito, como el Festival Nacional de las Artes, al cual asistir, y probablemente tampoco las condiciones tecnológicas para tener acceso a todas las opciones que el sector cultura ha puesto a disposición.

Noticias falsas y linchamiento público

Otra gran preocupación es la cantidad de noticias falsas que pueden generarse en torno a la pandemia, desde teorías de conspiración, hasta personas incitando a la población a desobedecer recomendaciones sanitarias para desafiar al gobierno. Definitivamente la libertad de expresión es uno de los derechos que más responsabilidad conlleva, por eso la recomendación siempre será intentar mantenernos informados e informadas a través de medios de comunicación confiables e intentar siempre buscar en más de una fuente de información para contrastar el contenido de las noticias. Sabemos que la cantidad de información que nos llega por todos los medios puede ser muy abrumadora, por tanto también es recomendable darnos respiros de la virtualidad, es decir, desconectémonos por ratos, por salud mental.

El linchamiento público de personas también se hace innecesario, muchas veces no medimos las consecuencias de lo que decimos, o más particularmente, posteamos en redes sociales, blogs o medios de comunicación. No siempre el contagio del virus se da por una irresponsabilidad, por tanto, señalar y realizar juicios de valor sobre las personas portadoras del virus o personas que en nuestro parecer no están siendo lo suficientemente cuidadosas, tampoco le aporta nada a mantener un ambiente armonioso en medio de este caos que estamos viviendo.

Observaciones finales

Que estas experiencias sirvan para repensar la vida en general, y particularmente la digital, cuando hablamos desde la comodidad de nuestras conexiones con fibra óptica, alacenas llenas, teletrabajo y capacidad económica para que nos cuiden a nuestros hijos e hijas ahora que no tienen lecciones en sus escuelas o colegios. La pandemia ha puesto en evidencia la visión de muchas personas con respecto a las condiciones particulares de muchas poblaciones, no exclusivamente en la virtualización, también en las relaciones cotidianas. Que no se nos olvide que los derechos humanos, digitales o no, son de todas las personas sin importar ninguna condición, y toda la institucionalidad debería abocarse a garantizar esos derechos y, ante el primer caso de no poder garantizarlo, se deben tomar medidas drásticas para evitar que se le violente a cualquier persona, así sea una sola persona.


Chicas al Frente

foto autora

Escrito por Rocío Jiménez Calderón